Una de las grandes cosas de vivir en esta época es que hay pocas limitaciones en cuanto a lo que puedes construir con tiempo y voluntad. El movimiento "Maker" lleva ya años en el candelero y gracias a Arduino (sobre todo) y proyectos similares, construir tu propio hardware está al alcance de cualquiera. Si a esto le sumamos la proliferación de impresoras 3D, cada vez más comunes... el límite es solo la imaginación.
Aparte de los muchos proyectos con impacto que se pueden construir, a veces, un proyecto que parece inútil puede, paradójicamente, ser muy útil ayudándonos a aprender y, por supuesto, a divertirnos. Y es que este tipo de frikadas ayudan a avanzar la tecnología más de lo que puede uno sospechar.
Eso es lo que probablemente habrá pensado Willem Pennings, un estudiante de ingeniería de 19 años de origen neozelandés, pero que vive en Holanda. Durante los últimos 8 meses ha estado construyendo una máquina cuya principal función no es otra que la de clasificar M&Ms por colores (también valen los Skittles si te quedan más a mano):
El artilugio tiene un aspecto de lo más profesional, con una carcasa de madera, una banda de leds alrededor que le da un toque futurista y con las piezas de maquinaria interior creadas usando una impresora 3D.
En cuanto al hardware, utiliza dos económicas placas Arduino Nano, dos motores paso a paso controlados por un driver de tipo EasyDriver (ya que el Nano no tiene esa capacidad), y un sensor de color RGB.
El ingenio es capaz de clasificar aproximadamente 2 caramelos por segundo, así que tarda entre 2 y 3 minutos en separar todos los caramelos de una bola de tamaño normal.
Puedes verlo en funcionamiento, así como un poco de su interior, en este hipnotizante vídeo:
Willem ha liberado todos los planos e instrucciones en su blog, por lo que si tienes interés en construir algo similar para divertirte, seguro que te lleva mucho menos tiempo que a él gracias a sus indicaciones.