Publicado por
José Manuel Alarcón
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Es cierto que el Deep Learning ha experimentado un auge y unas mejoras sin precedentes durante el último lustro. Pero por mucho que lleve la palabra "inteligencia" en su nombre, las AI todavía no entienden nada. Son poco inteligentes, vamos. Sus aplicaciones en el mundo digital son muchas y de gran impacto: desde traducciones cada vez mejores, reconocimiento de voz impecable, diagnóstico de enfermedades, ahorro de energía... El peligro puede venir cuando controlen cuestiones del mundo físico, como un coche autónomo o el sistema de seguridad de un edificio, por ejemplo. En este artículo analizamos de qué manera se pueden engañar a una AI y cómo responden algunas de ellas al engaño.
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